Martín Fierro  

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"The White paints the devil black/the Black paints him white." --cited in Eros and Evil

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Martín Fierro is an 2,316 line epic poem by the Argentine writer José Hernández. The poem was originally published in two parts, El Gaucho Martín Fierro (1872) and La Vuelta de Martín Fierro (1879). The poem is, in part, a protest against the Europeanizing and modernizing tendencies of Argentine president Domingo Faustino Sarmiento. As well, the poem supplied a historical link to the gauchos' contribution to the national development of Argentina, for the gaucho had played a major role in Argentina's independence from Spain.

The poem, written in a Spanish that evokes rural Argentina, is widely seen as the pinnacle of the genre of "gauchesque" poetry (poems centered around the life of the gaucho, written in a style that evokes the rural Argentine ballads known as payadas) and a touchstone of Argentine national identity. It has appeared in literally hundreds of editions and has been translated into over 70 languages. It has earned major commentaries from, among others, Leopoldo Lugones, Miguel de Unamuno, Jorge Luis Borges (see Borges on Martín Fierro) and Rafael Squirru.

Full text

El gaucho Martín Fierro

José Hernández


portada





I

   Aquí me pongo a cantar		

al compás de la vigüela, que el hombre que lo desvela una pena estrordinaria, como la ave solitaria 5 con el cantar se consuela.

   Pido a los Santos del Cielo		

que ayuden mi pensamiento, les pido en este momento que voy a cantar mi historia 10 me refresquen la memoria y aclaren mi entendimiento.

   Vengan Santos milagrosos,		

vengan todos en mi ayuda, que la lengua se me añuda 15 y se me turba la vista; pido a mi Dios que me asista en una ocasión tan ruda.

   Yo he visto muchos cantores,		

con famas bien otenidas, 20 y que después de alquiridas no las quieren sustentar- parece que sin largar se cansaron en partidas. -8-

   Mas ande otro criollo pasa	 25	

Martín Fierro ha de pasar, nada lo hace recular ni las fantasmas lo espantan; y dende que todos cantan yo también quiero cantar. 30

   Cantando me he de morir,		

cantando me han de enterrar, y cantando he de llegar al pie del Eterno Padre- dende el vientre de mi madre 35 vine a este mundo a cantar.

   Que no se trabe mi lengua		

ni me falte la palabra- el cantar mi gloria labra y poniéndome a cantar 40 cantando me han de encontrar aunque la tierra se abra.

   Me siento en el plan de un bajo		

a cantar un argumento- como si soplara el viento 45 hago tiritar los pastos- con oros, copas y bastos, juega allí mi pensamiento.

   Yo no soy cantor letrao,		

mas si me pongo a cantar 50 no tengo cuándo acabar y me envejezco cantando, las coplas me van brotando como agua de manantial.

   Con la guitarra en la mano	 55	

ni las moscas se me arriman, naides me pone el pie encima, y cuando el pecho se entona, hago gemir a la prima y llorar a la bordona. 60

   Yo soy toro en mi rodeo,		

y toraso en rodeo ajeno, siempre me tuve por güeno y si me quieren probar salgan otros a cantar 65 y veremos quién es menos. -9-

   No me hago al lao de la güeya		

aunque venga degollando, con los blandos yo soy blando, y soy duro con los duros, 70 y ninguno, en un apuro me ha visto andar tutubiando1.

   En el peligro ¡Qué Cristos!		

el corazón se me enancha pues toda la tierra es cancha, 75 y de esto naides se asombre, el que se tiene por hombre donde2 quiera hace pata ancha.

   Soy gaucho, y entiendanló		

como mi lengua lo esplica, 80 para mí la tierra es chica y pudiera ser mayor, ni la víbora me pica ni quema mi frente el Sol.

   Nací como nace el peje	 85	

en el fondo de la mar, naides me puede quitar aquello que Dios me dio- lo que al mundo truje yo del mundo lo he de llevar. 90

   Mi gloria es vivir tan libre		

como el pájaro del Cielo, no hago nido en este suelo ande hay tanto que sufrir; y naides me ha de seguir 95 cuando yo remuento3 el vuelo.

   Yo no tengo en el amor		

quien me venga con querellas, como esas aves tan bellas que saltan de rama en rama- 100 yo hago en el trébol mi cama y me cubren las estrellas.

   Y sepan cuantos me escuchan		

de mis penas el relato que nunca peleo ni mato 105 sino por necesidad; y que a tanta alversidá sólo me arrojó el mal trato. -10-

   Y atiendan la relación		

que hace un gaucho perseguido, 110 que padre y marido ha sido4 empeñoso y diligente, y sin embargo la gente lo tiene por un bandido.


II

   Ninguno me hable de penas	 115	

porque yo penando vivo- y naides se muestre altivo aunque en el estribo esté, que suele quedarse a pie el gaucho más alvertido. 120

   Junta esperencia en la vida		

hasta pa dar y prestar, quien la tiene que pasar entre sufrimiento y llanto; porque nada enseña tanto 125 como el sufrir y el llorar.

   Viene el hombre ciego al mundo		

cuartiándolo la esperanza y a poco andar ya lo alcanzan las desgracias a empujones; 130 ¡la5 pucha que trae liciones el tiempo con sus mudanzas!

   Yo he conocido esta tierra		

en que el paisano vivía y su ranchito tenía 135 y sus hijos y mujer... Era una delicia el ver cómo pasaba sus días.

   Entonces... cuando el lucero		

brillaba en el cielo santo, 140 y los gallos con su canto nos decían que el día llegaba6, a la cocina rumbiaba el gaucho... que era un encanto. -11-

   Y sentao junto al jogón	 145	

a esperar que venga el día, al cimarrón le prendía hasta ponerse rechoncho, mientras su china dormía tapadita con su poncho. 150

   Y apenas la madrugada7		

empezaba a coloriar, los pájaros a cantar, y las gallinas a apiarse, era cosa de largarse 155 cada cual a trabajar.

   Éste se ata las espuelas,		

se sale el otro cantando, uno busca un pellón blando, éste un lazo, otro un rebenque, 160 y los pingos relinchando los llaman dende el palenque.

   El que era pión domador		

enderezaba al corral ande estaba el animal 165 bufidos que se las pela... Y más malo que su agüela, se hacía astillas el bagual.

   Y allí el gaucho inteligente		

en cuanto el8 potro enriendó, 170 los cueros le acomodó y se le sentó en seguida, que el hombre muestra en la vida la astucia que Dios le dio.

   Y en las playas corcobiando	 175	

pedazos se hacía el sotreta, mientras él por las paletas le jugaba las lloronas, y al ruido de las caronas salía haciéndose gambetas. 180

   ¡Ah tiempos!... Si era un orgullo9		

ver jinetiar un paisano- Cuando era gaucho vaquiano aunque el potro se boliase no había uno que no parase 185 con el cabresto en la mano. -12-

   Y mientras domaban unos,		

otros al campo salían, y la hacienda recogían, las manadas repuntaban, 190 y ansí sin sentir pasaban entretenidos el día.

   Y verlos al cair10 la noche		

en la cocina riunidos con el juego bien prendido 195 y mil cosas que contar, platicar muy divertidos hasta después de cenar.

   Y con el buche bien lleno		

era cosa superior 200 irse en brazos del amor a dormir como la gente, pa empezar al día siguiente las fainas11 del día anterior.

   ¡Ricuerdo!... ¡Qué maravilla!	 205	

cómo andaba la gauchada siempre alegre y bien montada y dispuesta pa el trabajo... pero hoy en el día... ¡barajo!12 no se le ve de aporriada. 210

   El gaucho más infeliz		

tenía tropilla de un pelo, no le faltaba un consuelo y andaba la gente lista... tendiendo al campo la vista 215 no vía sino hacienda y cielo13.

   Cuando llegaban las yerras,		

¡cosa que daba calor! tanto gaucho pialador y tironiador sin yel- 220 ¡Ah tiempos!... pero sin él se ha visto tanto primor.

   Aquello no era trabajo,		

más bien era una junción, y después de un güen tirón 225 en que uno se daba maña pa darle un trago de caña solía llamarlo el patrón. -13-

   Pues siempre14 la mamajuana		

vivía15 bajo la carreta 230 y aquel que no era chancleta en cuanto el goyete vía, sin miedo se le prendía, como güérfano a la teta.

   ¡Y qué jugadas se armaban	 235	

cuando estábamos riunidos! Siempre íbamos prevenidos pues en tales ocasiones, a ayudarles a los piones caiban muchos comedidos. 240

   Eran los días del apuro		

y alboroto pa el hembraje, pa preparar los potajes y osequiar bien a la gente, y ansí, pues, muy grandemente, 245 pasaba siempre el gauchaje.

   Venía la carne con cuero,		

la sabrosa carbonada, mazamorra bien pisada los pasteles y el güen vino... 250 pero ha querido el destino que todo aquello acabara.

   Estaba el gaucho en su pago		

con toda siguridá pero aura... ¡barbaridá! 255 la cosa anda tan fruncida que gasta el pobre la vida en juir de la autoridá.

   Pues si usté pisa en su rancho		

y si el alcalde lo sabe 260 lo caza lo mesmo que ave, aunque su mujer aborte... ¡No hay tiempo que no se acabe ni tiento que no se corte!

   Y al punto dese por muerto	 265	

si el alcalde lo bolea, pues ay nomás se le apea con una felpa de palos-, y después dicen que es malo el gaucho si los pelea. 270 -14-

   Y el lomo le hinchan a golpes,		

y le rompen la cabeza, y luego con ligereza ansí lastimao y todo, lo amarran codo con codo 275 y pa el cepo lo enderiezan.

   Ay comienzan sus desgracias		

ay principia el pericón; porque no hay salvación, y que usté quiera o no quiera 280 lo mandan a la frontera o lo echan a un batallón.

   Ansí empezaron mis males		

lo mesmo que los de tantos si gustan... en otros cantos 285 les diré lo que he sufrido- después que uno está perdido no lo salvan ni los santos.


III

   Tuve en mi pago en un tiempo		

hijos, hacienda y mujer, 290 pero empecé a padecer me echaron a la frontera, ¡y qué iba a hallar al volver! Tan sólo hallé la tapera.

   Sosegao vivía en mi rancho	 295	

como el pájaro en su nido- allí mis hijos queridos iban creciendo a mi lao... Sólo queda al desgraciao lamentar el bien perdido. 300

   Mi gala en las pulperías		

era, cuando había más gente16, ponerme medio caliente, pues cuando puntiao me encuentro, me salen coplas de adentro 305 como agua de la virtiente. -15-

   Cantando estaba una vez		

en una gran diversión; y aprovechó la ocasión como quiso el Juez de Paz... 310 se presentó, y hay no más, hizo una arriada en montón.

   Juyeron los más matreros		

y lograron escapar- yo no quise disparar- 315 soy manso- y no había por qué- muy tranquilo me quedé y ansí me dejé agarrar.

   Allí un gringo con un órgano		

y una mona que bailaba 320 haciéndonos reir estaba cuando le tocó el arreo- ¡tan grande el gringo y tan feo! lo viera cómo lloraba.

   Hasta un Inglés sangiador	 325	

que decía en la última guerra, que él era de Inca-la-perra y que no quería servir, tuvo también que juir a17 guarecerse en la sierra. 330

   Ni los mirones salvaron		

de esa arriada de mi flor- fue acoyarao el cantor con el gringo de la mona- a uno sólo, por favor 335 logró salvar la patrona.

   Formaron un contingente		

con los que en el baile arriaron- con otros nos mesturaron que habían agarrao también- 340 Las cosas que aquí se ven ni los diablos las pensaron.

   A mí el Juez me tomó entre ojos		

en la última votación- me le había hecho el remolón 345 y no me arrimé ese día; y él dijo que yo servía a los de la esposición. -16-

   Y ansí sufrí ese castigo		

tal vez por culpas ajenas- 350 que sean malas o sean güenas las listas, siempre me escondo- yo soy un gaucho redondo y esas cosas no me enllenan.

   Al mandarnos nos hicieron	 355	

más promesas que a un altar- el Juez nos jue a ploclamar y nos dijo muchas veces «muchachos a los seis meses »los van a ir a revelar». 360

   Yo llevé un moro de número,		

¡sobresaliente el matucho! Con él gané en Ayacucho, más plata que agua bendita- siempre el gaucho necesita 365 un pingo pa fiarle un pucho-.

   Y cargué sin dar más güeltas		

con las prendas que tenía, jergas, poncho, cuanto había en casa, tuito lo alcé- 370 a mi china la dejé media desnuda ese día.

   No me faltaba una guasca,		

esa ocasión eché el resto: bozal, maniador, cabresto, 375 lazo, bolas y manea... ¡el que hoy tan pobre me vea tal vez no crerá18 todo esto!

   Ansí en mi moro escarciando		

enderesé a la frontera; 380 ¡aparcero! si usté viera lo que se llama Cantón... Ni envidia tengo al ratón en aquella ratonera-.

   De los pobres que allá había	 385	

a ninguno lo largaron los más viejos resongaron pero a uno que se quejó en seguida lo estaquiaron y la cosa se acabó. 390 -17-

   En la lista de la tarde		

el Jefe nos cantó el punto, diciendo: «quinientos juntos »llevará el que se resierte, »lo haremos pitar del juerte 395 »más bien dese por dijunto».

   A naides le dieron armas		

pues toditas las que había el Coronel las tenía según dijo esa ocasión 400 pa repartirlas el día en que hubiera una invasión.

   Al principio nos dejaron		

de haraganes criando sebo, pero después... no me atrevo, 405 a decir lo que pasaba- Barajo.... si nos trataban como se trata a malevos.

   Porque todo era jurarle		

por los lomos con la espada, 410 y aunque usté no hiciera nada lo mesmito que en Palermo, le daban cada cepiada que lo dejaban enfermo.

   Y qué Indios- ni qué servicio	 415	

si allí no había ni Cuartel- Nos mandaba el Coronel a trabajar en sus chacras, y dejábamos las vacas que las llevara el Infiel. 420

   Yo primero sembré trigo		

y después hice un corral, corté adobe pa un tapial, hice un quincho, corté paja... La pucha que se trabaja 425 sin que le larguen ni un rial.

   Y es lo pior de aquel enriedo		

que si uno anda hinchando el lomo ya se le apean como plomo... ¡quién aguanta aquel infierno! 430 Y19 eso es servir al Gobierno, a mí no me gusta el cómo. -18-

   Más de un año nos tuvieron		

en esos trabajos duros-, y los indios, le asiguro, 435 dentraban cuando querían, como no los perseguían siempre andaban sin apuro.

   A veces decía al volver		

del campo la descubierta, 440 que estuviéramos alerta que andaba adentro la indiada; porque había una rastrillada o estaba una20 yegua muerta.

   Recién entonces salía	 445	

la orden de hacer la riunión- y cáibamos al cantón en pelos y hasta enancaos, sin armas, cuatro pelaos que íbamos a hacer jabón. 450

   Ay empezaba el afán		

se entiende, de puro vicio, de enseñarle el ejercicio a tan gaucho recluta, con un estrutor... qué... bruta 455 que nunca sabía su oficio.

   Daban entonces las armas		

pa defender los cantones, que eran lansas y latones con ataduras de tiento... 460 las de juego no las cuento porque no había municiones.

   Y chamuscao un sargento21		

me contó que las tenían pero que ellos las vendían 465 para cazar avestruces-: y ansí andaban noche y día dele bala a los ñanduces.

   Y cuando se iban los Indios		

con lo que habían manotiao 470 salíamos muy apuraos a perseguirlos de atrás; si no se llevaban más es porque no habían hallao. -19-

   Allí sí, se ven desgracias	 475	

y lágrimas, y afliciones, naides22 les pida perdones al Indio- pues donde dentra roba y mata cuanto encuentra y quema las poblaciones. 480

   No salvan de su juror		

ni los pobres angelitos; viejos, mozos, y chiquitos los mata del mesmo modo- que el Indio lo arregla todo23 485 con la lanza y con los gritos.

   Tiemblan las carnes al verlo		

volando al viento la24 cerda- la rienda en la mano izquierda y la lanza en la derecha- 490 ande enderiesa abre25 brecha pues no hay lanzaso que pierda.

   Hace trotiadas tremendas		

dende el fondo del desierto- ansí llega medio muerto 495 de hambre, de sé, y de fatiga, pero el Indio es una hormiga que día y noche está dispierto.

   Sabe manejar las bolas		

como naides las maneja 500 cuanto el contrario se aleja manda una bola perdida, y si lo alcanza, sin vida es siguro que lo deja.

   Y el Indio es como tortuga	 505	

de duro para espichar; si lo llega a destripar ni siquiera se le encoge, luego sus tripas recoge y se agacha a disparar. 510

   Hacían el robo a su gusto		

y después se iban de arriba, se llevaban las cautivas y nos contaban que a veces les descarnaban los pieses, 515 a las pobrecitas, vivas. -20-

   ¡Ah! ¡si partía el corazón		

ver tantos males, canejo! los perseguíamos de lejos sin poder ni golopiar; 520 ¡y qué habíamos de alcanzar en unos bichocos viejos!

   Nos volvíamos al cantón		

a las dos o tres jornadas; sembrando las caballadas: 525 y pa que alguno la venda, rejuntábamos la hacienda que habían dejao resagada.

   Una vez entre otras muchas,		

tanto salir al botón, 530 nos pegaron un malón los Indios, y una lanciada, que la gente acobardada quedó dende esa ocasión.

   Habían estao escondidos	 535	

aguaitando atrás de un cerro... ¡lo viera a su amigo Fierro aflojar como un blandito26! salieron como maíz frito en cuanto sonó27 un cencerro. 540

   Al punto nos dispusimos		

aunque ellos eran bastantes, la formamos al istante nuestra gente que era poca, y golpiándose en la boca 545 hicieron fila adelante.

   Se vinieron en tropel		

haciendo temblar la tierra, no soy manco pa la guerra pero tuve mi jabón, 550 pues iba en un redomón que había boliao en la sierra.

   ¡Que vocerío! ¡qué barullo!		

¡qué apurar esa carrera! la Indiada todita entera 555 dando alaridos cargó- Jue pucha... y ya nos sacó como yeguada matrera. -21-

   ¡Qué fletes traiban los bárbaros!		

como una luz de ligeros- 560 hicieron el entrevero y en aquella mescolanza, éste quiero, éste no quiero, nos escogían con la lanza.

   Al que le dan un chuzaso,	 565	

dificultoso es que sane. En fin, para no echar panes, salimos por esas lomas, lo mesmo que las palomas, al juir de los gavilanes. 570

   ¡Es de almirar la destreza		

con que la lanza manejan! De perseguir nunca dejan- Y nos traiban apretaos, si queríamos de apuraos 575 salirnos por las orejas.

   Y pa mejor de la fiesta		

en esta28 aflición tan suma, vino un Indio echando espuma, y con la lanza en la mano 580 gritando «Acabau cristiano »metau el lanza hasta el pluma».

   Tendido en el costillar		

cimbrando por sobre el brazo una lanza como un lazo 585 me atropeyó dando gritos- Si me descuido... el maldito me levanta de un lanzaso.

   Si me atribulo, o me encojo,		

siguro que no me escapo: 590 siempre he sido medio guapo pero en aquella ocasión, me hacía buya el corazón como la garganta al sapo.

   Dios le perdone al salvaje	 595	

las ganas que me tenía... Desaté las tres marías y lo engatusé a cabriolas... Pucha... si no traigo bolas me achura el Indio ese día. 600 -22-

   Era el hijo de un casique		

sigún yo lo avirigüé- la verdad del caso jue que me tuvo apuradazo- hasta que al fin de un bolazo 605 del caballo lo bajé-.

   Ay no más me tiré al suelo		

y lo pisé en las paletas- empezó a hacer morisquetas y a mesquinar la garganta... 610 Pero yo hice la obra santa, de hacerlo estirar la geta.

   Allí quedó de mojón		

y en su caballo salté, de la indiada disparé, 615 pues si me alcanza me mata y al fin me les escapé con el hilo en una pata.


IV

   Seguiré esta relación		

aunque pa chorizo es largo: 620 el que pueda hágase cargo cómo andaría de matrero después de salvar el cuero de aquel trance tan amargo.

   Del sueldo nada les cuento29	 625	

porque andaba disparando, nosotros de cuando en cuando solíamos ladrar de pobres- nunca llegaban los cobres que se estaban aguardando. 630

   Y andábamos de mugrientos		

que el mirarnos daba horror; le juro que era un dolor ver esos hombres, ¡por Cristo! En mi perra vida he visto 635 una miseria mayor. -23-

   Yo no tenia ni camisa		

ni cosa que se parezca; mis trapos sólo pa yesca me podían servir al fin... 640 No hay plaga como un fortín para que el hombre padezca.

   Poncho, jergas, el apero,		

las prenditas, los botones, todo, amigo, en los cantones 645 jue quedando poco a poco: ya nos tenían medio loco la pobreza y los ratones.

   Sólo una manta peluda		

era cuanto me quedaba- 650 la había agenciao a la taba y ella me tapaba el bulto- yaguané que allí ganaba no salía... ni con indulto.

   Y pa mejor hasta el moro	 655	

se me jue de entre las manos- no soy lerdo... pero hermano, vino el comendante un día diciendo que lo quería «pa enseñarle a comer grano». 660

   Afigúrese cualquiera		

la suerte de este su amigo, a pie y mostrando el umbligo, estropiao, pobre y desnudo, ni por castigo se pudo 665 hacerse más mal conmigo.

   Ansí pasaron los meses		

y vino el año siguiente, y las cosas igualmente siguieron del mesmo modo- 670 adrede parece todo para aburrir a la gente30.

   No teníamos más permiso,		

ni otro alivio la gauchada, que salir de madrugada 675 cuando no había Indio ninguno, campo ajuera a hacer boliadas desocando los reyunos. -24-

   Y cáibamos al cantón		

con los fletes aplastaos- 680 pero a veces medio aviaos con pluma y algunos cueros- que ay no más con el pulpero31 los teníamos negociaos.

   Era un amigo del Jefe	 685	

que con un boliche estaba, yerba y tabaco nos daba por la pluma de avestruz, y hasta le hacía ver la luz al que un cuero le llevaba. 690

   Sólo tenía cuatro frascos		

y unas barricas vacías, y a la gente le vendía todo cuanto precisaba... a veces creiba que estaba32 695 allí la proveduría.

   ¡Ah! pulpero habilidoso		

nada le solía faltar- hay juna- y para tragar tenía un buche de ñandú, 700 la gente le dio en llamar «El boliche de virtú».

   Aunque es justo que quien vende		

algún poquitito muerda, tiraba tanto la cuerda 705 que con sus cuatro limetas, él cargaba las carretas de plumas, cueros y cerda.

   Nos tenía apuntaos a todos		

con más cuentas que un rosario 710 cuando se anunció un salario que iban a dar, o un socorro- pero sabe Dios que zorro se lo comió al Comisario.

   Pues nunca lo vi llegar	 715	

y al cabo de muchos días- en la mesma pulpería dieron una buena cuenta- que la gente muy contenta de tan pobre recebía. 720 -25-

   Sacaron unos sus prendas		

que las tenían empeñadas, por sus diudas atrasadas dieron otros el dinero, al fin de fiesta el pulpero 725 se quedó con la mascada.

   Yo me arrecosté a un horcón		

dando tiempo a que pagaran, y poniendo güena cara estuve haciéndome el poyo, 730 a esperar que me llamaran para recebir mi boyo.

   Pero ay me pude quedar		

pegao pa siempre al horcón- ya era casi la oración 735 y ninguno me llamaba- la cosa se me ñublaba y me dentró comezón.

   Pa sacarme el entripao		

vi al Mayor, y lo fi a hablar- 740 Yo me le empezé a atracar y como con poca gana le dije: «tal vez mañana »acabarán de pagar».

   «Qué mañana ni otro día»	 745	

al punto me contestó, «la paga ya se acabó, »siempre has de ser animal»- Me raí- y le dije: «yo... »no he recebido ni un rial». 750

   Se le pusieron los ojos		

que se le querían salir, y ay no más volvió a decir comiéndome con la vista: «y qué querés recebir 755 »si no has dentrao en la lista».

   «Éste33 sí que es amolar»		

dije yo pa mis adentros-, «van dos años que me encuentro »y hasta aura he visto ni un grullo, 760 »dentro en todos los barullos »pero en las listas no dentro». -26-

   Vide el plaito mal parao		

y no quise aguardar más... es güeno vivir en paz 765 con quien nos ha de mandar- y reclutando pa trás me le empezé a retirar.

   Supo todo el Comendante		

y me llamó al otro día, 770 diciéndome que quería aviriguar bien las cosas- que no era el tiempo de Rosas, que aura a naides se debía.

   Llamó al cabo y al sargento	 775	

y empezó la indagación, si había venido al cantón en tal tiempo o en tal otro... y si había venido en potro en reyuno, o redomón. 780

   Y todo era alborotar		

al ñudo, y hacer papel, conocí que era pastel pa engordar con mi guayaca, mas si voy al Coronel 785 me hacen bramar en la estaca.

   ¡Ah! hijos de una... la codicia		

ojalá les ruempa el saco; ni un pedazo de tabaco le dan al pobre soldao, 790 y lo tienen de delgao más ligero que un guanaco.

   Pero qué iba a hacerles yo,		

charabón en el desierto; más bien me daba por muerto 795 pa no verme más fundido- y me les hacía el dormido aunque soy medio dispierto. -27-


V

   Ya andaba desesperao,		

aguardando una ocasión 800 que los indios un malón nos dieran, y entre el estrago hacérmeles cimarrón y volverme pa mi pago.

   Aquello no era servicio	 805	

ni defender la frontera- aquello era ratonera en que es más gato, el más juerte34- era jugar a la suerte con una taba culera. 810

   Allí tuito va al revés:		

los milicos se hacen piones, y andan por las poblaciones emprestaos pa trabajar- los rejuntan pa peliar 815 cuando entran Indios ladrones.

   Yo he visto en esa milonga		

muchos Jefes con estancia, y piones en abundancia, y majadas y rodeos; 820 he visto negocios feos a pesar de mi inorancia.

   Y colijo que no quieren		

la barunda componer- para esto no ha de tener 825 el Jefe, aunque35 esté de estable- más que su poncho, y su sable, su caballo y su deber.

   Ansina, pues, conociendo		

que aquel mal no tiene cura, 830 que tal vez mi sepultura si me quedo iba a encontrar pensé en mandarme mudar como cosa más sigura. -28-

   Y pa mejor, una noche	 835	

¡qué estaquiada me pegaron! Casi me descoyuntaron por motivo de una gresca- Ay juna, si me estiraron lo mesmo que guasca fresca. 840

   Jamás me puedo olvidar		

lo que esa vez me pasó- dentrando una noche yo al fortín- un enganchao que estaba medio mamao 845 allí me desconoció.

   Era un gringo tan bozal		

que nada se le entendía- ¡quién sabe de ande sería! Tal vez no juera cristiano; 850 pues lo único que decía, es que era pa-po-litano.

   Estaba de centinela		

y por causa del peludo verme más claro no pudo 855 y esa jue la culpa toda- el bruto se asustó al ñudo y fi el36 pavo de la boda.

   Cuanto me vido acercar		

«Quen vivore»... preguntó, 860 «Qué vívoras» -dije yo-. «Ha-garto» -me pegó el grito: y yo dije despacito «más lagarto serás vos».

   Ay no más- ¡Cristo me valga!	 865	

Rastrillar37 el jusil siento- me agaché, y en el momento el bruto me largó un chumbo- mamao, me tiró sin rumbo que si no, no cuento el cuento. 870

   Por de contao, con el tiro		

se alborotó el avispero- los Oficiales salieron y se empezó la junción- quedó en su puesto el nación- 875 y yo fi al estaquiadero. -29-

   Entre cuatro bayonetas		

me tendieron en el suelo- vino el Mayor medio en pedo, y allí se puso a gritar 880 «pícaro, te he de enseñar »a andar declamando sueldos».

   De las manos y las patas		

me ataron cuatro sinchones- les aguanté los tirones 885 sin que ni un ¡ay! se me oyera, y al gringo la noche entera lo harté con mis maldiciones.

   Yo no sé por qué el Gobierno		

nos manda aquí a la frontera 890 gringada que ni siquiera se sabe atracar a un pingo- ¡Si crerá al mandar un gringo que nos manda alguna fiera!

   No hacen más que dar trabajo	 895	

pues no saben ni ensillar-, no sirven ni pa carniar, y yo he visto muchas veces, que ni voltiadas las reses se les querían arrimar. 900

   Y lo pasan sus mercedes		

lengüetiando pico a pico- hasta que viene un milico a servirles el asao- y eso sí en lo delicaos 905 parecen hijos de rico.

   Si hay calor, ya no son gente,		

si yela, todos tiritan- si usté no les da, no pitan por no gastar en tabaco-, 910 y cuando pescan un naco unos a otros se lo quitan38.

   Cuanto llueve se acoquinan		

como el perro que oye truenos- Qué diablos- sólo son güenos 915 pa vivir entre maricas- y nunca se andan con chicas para alzar ponchos ajenos. -30-

   Pa vichar son como ciegos,		

ni hay ejemplo de que entiendan, 920 no hay uno solo que aprienda al ver un bulto que cruza, a saber si es avestruza o si es jinete, o hacienda.

   Si salen a perseguir	 925	

después de mucho aparato tuitos se pelan al rato y va quedando el tendal- esto es como en un nidal echarle güebos a un gato. 930


VI

   Vamos dentrando recién		

a la parte más sentida, aunque es todita mi vida de males una cadena- a cada alma dolorida 935 le gusta cantar sus penas.

   Se empezó en aquel entonces		

a rejuntar caballada, y riunir la milicada teniéndola en el cantón, 940 para una despedición a sorprender a la Indiada.

   Nos anunciaban que iríamos		

sin carretas ni bagajes a golpiar a los salvajes 945 en sus mesmas tolderías-, que a la güelta pagarían licenciándolo al gauchaje.

   Que en esta despedición		

tuviéramos la esperanza, 950 que iba a venir sin tardanza sigún el Jefe contó, un Menistro, o qué sé yo- que le llamaban Don Ganza. -31-

   Que iba a riunir el Ejército	 955	

y tuitos los batallones- y que traiba unos cañones con más rayas que un cotín- Pucha... las conversasiones por allá no tenían fin. 960

   Pero esas trampas no enriedan		

a los zorros de mi laya; que el Menistro venga o vaya39 poco le importa a un matrero- yo también dejé las rayas... 965 en los libros del pulpero.

   Nunca jui gaucho dormido		

siempre pronto, siempre listo- yo soy un hombre, ¡qué Cristo! que nada me ha acobardao, 970 y siempre salí parao en los trances que me he visto.

   Dende chiquito gané		

la vida con mi trabajo, y aunque siempre estuve abajo 975 y no sé lo que es subir- también el mucho sufrir suele cansarnos- barajo.

   En medio de mi ignorancia		

conozco que nada valgo- 980 soy la liebre o soy el galgo asigún los tiempos andan pero también los que mandan debieran cuidarnos algo.

   Una noche que riunidos	 985	

estaban en la carpeta empinando una limeta el Jefe y el Juez de Paz- yo no quise aguardar más, y me hice humo en un sotreta. 990

   Para mí el campo son flores40		

dende que libre me veo- donde me lleva el deseo allí mis pasos dirijo- y hasta en las sombras, de fijo 995 que adonde quiera rumbeo. -32-

   Entro y salgo del peligro		

sin que me espante el estrago, no aflojo al primer amago ni jamás fi gaucho lerdo-; 1000 soy pa rumbiar como el cerdo y pronto caí a mi pago.

   Volvía al cabo de tres años		

de tanto sufrir al ñudo, resertor, pobre y desnudo- 1005 a procurar suerte nueva- y lo mesmo que el peludo enderesé pa mi cueva.

   No hallé ni rastro del rancho-		

¡sólo estaba la tapera!- 1010 Por Cristo, si aquello era pa enlutar el corazón- ¡Yo juré en esa ocasión ser más malo que una fiera!

   ¡Quién no sentirá lo mesmo	 1015	

cuando ansí padece tanto! Puedo asigurar que el llanto como una mujer largué- Ay mi Dios- si me quedé más triste que Jueves Santo. 1020

   Sólo se oiban los aullidos		

de un gato que se salvó, el pobre se guareció cerca, en una vizcachera- venía como si supiera 1025 que estaba de güelta yo.

   Al dirme dejé la hacienda		

que era todito mi haber- pronto debíamos volver según el Juez prometía, 1030 y hasta entonces cuidaría de los bienes, la mujer.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1035 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -33-

   Después me contó un vecino		

que el campo se lo pidieron- 1040 la hacienda se la vendieron pa pagar arrendamientos. Y qué sé yo, cuántos cuentos pero todo lo fundieron.

   Los pobrecitos muchachos	 1045	

entre tantas afliciones se conchavaron de piones ¡mas qué iban a trabajar si eran como los pichones sin acabar de emplumar! 1050

   Por ay andarán sufriendo		

de nuestra suerte el rigor: me han contado que el mayor nunca dejaba a su hermano- puede ser que algún cristiano 1055 los recoja por favor.

   ¡Y la pobre mi mujer,		

Dios sabe cuánto sufrió!- Me dicen que se voló con no sé qué gavilán- 1060 sin duda a buscar el pan que no podía darle yo.

   No es raro que a uno le falte		

lo que algún otro le sobre- si no lo quedó ni un cobre 1065 sino de hijos un enjambre, qué más iba a hacer la pobre para no morirse de hambre.

   ¡Tal vez no te vuelva a ver		

prenda de mi corazón! 1070 Dios te dé su proteción ya que no me la dio a mí- y a mis hijos dende aquí les echo mi bendición.

   Como hijitos de la cuna	 1075	

andaban41 por ahy sin madre- ya se quedaron sin padre y ansí la suerte los deja, sin naides que los proteja y sin perro que los ladre. 1080 -34-

   Los pobrecitos tal vez		

no tengan ande abrigarse, ni ramada ande ganarse, ni un rincón ande meterse, ni camisa que ponerse 1085 ni poncho con que taparse.

   Tal vez los verán sufrir		

sin tenerles compasión- puede que alguna ocasión aunque lo vean tiritando, 1090 los echen de algún jogón pa que no estén estorbando.

   Y al verse ansina espantaos		

como se espanta a los perros irán los hijos de Fierro 1095 con la cola entre las piernas, a buscar almas más tiernas o esconderse en algún cerro.

   Mas también en este juego,		

voy a pedir mi bolada- 1100 a naides le debo nada, ni pido cuartel ni doy-; y ninguno dende hoy ha de llevarme en la armada.

   Yo he sido manso primero,	 1105	

y seré gaucho matrero- en mi triste circustancia aunque es mi mal tan projundo, nací, y me he criao en estancia pero ya conozco el mundo. 1110

   Ya le conozco sus mañas,		

le conozco sus cucañas, sé cómo hacen la partida, la enriendan y la manejan- Desaceré la madeja 1115 aunque me cueste la vida.

   Y aguante el que no se anime		

a meterse en tanto engorro, o si no aprétese el gorro o para otra tierra emigre- 1120 pero yo ando como el tigre que le roban los cachorros. -35-

   Aunque muchos cren que el gaucho		

tiene una alma de reyuno- no se encontrará ninguno 1125 que no lo dueblen las penas- mas no debe aflojar uno mientras hay sangre en las venas.


VII

   De carta de más me vía		

sin saber a dónde dirme, 1130 mas digieron que era vago y entraron a perseguirme.

   Nunca se achican los males		

van poco a poco creciendo y ansina me vide pronto 1135 obligao a andar juyendo.

   No tenía mujer, ni rancho,		

y a más, era resertor, no tenía una prenda güena ni un peso en el tirador. 1140

   A mis hijos infelices		

pensé volverlos a hallar- y andaba de un lao al otro sin tener ni qué pitar.

   Supe una vez por desgracia	 1145	

que había un baile por allí- y medio desesperao a ver la milonga fui.

   Riunidos al pericón,		

tantos amigos hallé 1150 que alegre de verme entre ellos esa noche me apedé.

   Como nunca, en la ocasión		

por peliar me dio la tranca y la emprendí con un negro 1155 que trujo una negra en ancas. -36-

   Al ver llegar la morena		

que no hacía caso de naides, le dije con la mamúa «va... ca... yendo gente al baile». 1160

   La negra entendió la cosa		

y no tardó en contestarme- mirándome como a perro- «más vaca será su madre».

   Y dentró al baile muy tiesa	 1165	

con más cola que una zorra haciendo blanquiar los dientes lo mesmo que mazamorra.

   «Negra linda»... dije yo-		

«Me gusta pa la carona»- 1170 Y me puse a talariar42 esta coplita fregona:

      «A los blancos hizo Dios		
      »a los mulatos San Pedro		
      »a los negros hizo el diablo	 1175	
      »para tizón del infierno».		
   Había estao juntando rabia		

el moreno dende ajuera- en lo escuro le brillaban los ojos como linterna. 1180

   Lo conocí retobao		

me acerqué y le dije presto: «po... r... rudo que un hombre sea »nunca se enoja por esto».

   Corcobió el de los tamangos	 1185	

y creyéndose muy fijo- «más porrudo serás voz, »gaucho rotoso» me dijo.

   Y ya se me vino al humo		

como a buscarme la hebra- 1190 y un golpe le acomodé con el porrón de giñebra.

   Ay no más pegó el de hollín		

más gruñidos que un chanchito, y pelando el envenao 1195 me atropelló dando gritos. -37-

   Pegué un brinco y abrí cancha		

diciéndoles «caballeros »dejen venir a ese toro» »solo nací... solo muero». 1200

   El negro después del golpe		

se había el poncho refalao y dijo «vas a saber »si es solo o acompañao».

   Y mientras se arremangó	 1205	

yo me saqué las espuelas, pues malicié que aquel tío no era de arriar con las riendas.

   No hay cosa como el peligro		

pa refrescar un mamao, 1210 hasta la vista se aclara por mucho que haiga chupao.

   El negro me atropelló		

como a quererme comer- me hizo dos tiros seguidos 1215 y los dos le abarajé.

   Yo tenía un facón con S		

que era de lima de acero le hize un tiro, lo quitó y vino ciego el moreno. 1220

   Y en el medio de las aspas		

un planaso le asenté que le largué culebriando lo mesmo que buscapié.

   Le coloriaron las motas	 1225	

con la sangre de la herida y volvió a venir furioso como una tigra parida.

   Y ya me hizo relumbrar		

por los ojos el cuchillo- 1230 alcansando con la punta a cortarme en un carrillo.

   Me hirvió la sangre en las venas		

y me le afirmé al moreno dándole de punta y hacha 1235 pa dejar un diablo menos. -38-

   Por fin en una topada		

en el cuchillo lo alcé y como un saco de güesos contra el cerco lo largué. 1240

   Tiró unas cuantas patadas		

y ya cantó pa el carnero- Nunca me puedo olvidar de la agonía de aquel negro.

   En esto la negra vino,	 1245	

con los ojos como ají- y empesó la pobre allí a bramar como una loba- Yo quise darle una soba a ver si la hacía callar 1250 mas, pude reflesionar que era malo en aquel punto, y por respeto al dijunto no la quise castigar.

   Limpié el facón en los patos43,	 1255	

desaté mi redomón monté despacio, y salí al tranco pa el cañadón.

   Después supe que al finao		

ni siquiera lo velaron 1260 y retobao en un cuero sin resarle lo enterraron.

   Y dicen que dende entonces		

cuando es la noche serena suele verse una luz mala 1265 como de alma que anda en pena.

   Yo tengo intención a veces,		

para que no pene tanto, de sacar de allí los güesos y echarlos al campo santo. 1270


VIII

   Otra vez en un boliche		

estaba haciendo la tarde cayó un gaucho que hacía alarde de guapo y de peliador-. -39-

   A la llegada metió	 1275	

el pingo hasta la ramada- y yo sin decirle nada me quedé en el mostrador.

   Era un terne de aquel pago		

que naides lo reprendía, 1280 que sus enriedos tenía con el señor Comendante-.

   Y como era protegido,		

andaba muy entonao- y a cualquiera desgraciao 1285 lo llevaba por delante.

   ¡Ah! ¡pobre! si él mismo craiba44,		

que la vida le sobraba, ninguno diría que andaba aguaitándolo la muerte-. 1290

   Pero ansí pasaba45 en el mundo,		

es ansí la triste vida- pa todos está escondida, la buena o la mala suerte.

   Se tiró al suelo, al dentrar	 1295	

le dio un empeyón a un vasco- y me alargó un medio frasco diciendo «beba cuñao»- «Por su hermana» contesté «que por la mía no hay cuidao». 1300

   «¡Ah! gaucho, me respondió		

»de qué pago será criollo- »Lo andará buscando el hoyo »deberá tener güen cuero- »pero ande bala este toro 1305 »no bala ningún ternero».

   Y ya salimos trensaos		

porque el hombre no era lerdo- mas como el tino no pierdo, y soy medio ligerón 1310 lo46 dejé mostrando el sebo de un revez con el facón. -40-

   Y como con la justicia		

no andaba bien por allí, cuanto pataliar lo vi, 1315 y el pulpero pegó el grito, ya pa el palenque salí como haciéndome chiquito.

   Monté, y me encomendé a Dios		

rumbiando para otro pago- 1320 que el gaucho que llaman vago no puede tener querencia, y ansí de estrago en estrago vive yorando la ausencia.

   Él anda siempre juyendo	 1325	

siempre pobre y perseguido, no tiene cueva ni nido como si juera maldito- Porque el ser gaucho... barajo el ser gaucho es un delito. 1330

   Es como el patrio de posta		

lo larga éste, aquél lo toma- nunca se acaba la broma- dende chico se parece al arbolito que crece 1335 desamparao en la loma.

   Le echan la agua del bautismo		

aquel que nació en la selva, «busca madre que te envuelva» se47 dice el flaire y lo larga, 1340 y dentra a crusar el mundo como burro con la carga.

   Y se cría viviendo al viento		

como oveja sin trasquila- mientras su padre en las filas 1345 anda sirviendo al Gobierno- Aunque tirite en invierno naides lo ampara48 ni asila.

   Le llaman «gaucho mamao»		

si lo pillan divertido, 1350 y que es mal entretenido si en un baile lo sorprienden- hase mal si se defiende y si no, se ve... fundido. -41-

   No tiene hijos, ni mujer	 1355	

ni amigos, ni protetores, pues todos son sus señores sin que ninguno lo ampare- Tiene la suerte del güey- y dónde irá el güey que no are. 1360

   Su casa es el pajonal,		

su guarida es el desierto-; y si de hambre medio muerto le echa el lazo a algún mamón49- lo persiguen como a plaito 1365 porque es un «gaucho ladrón».

   Y si de un golpe por ay		

lo dan vuelta panza arriba no hay una alma compasiva que le rese una oración- 1370 tal vez como cimarrón en una cueva lo tiran.

   Él nada gana en la paz		

y es el primero en la guerra- no lo perdonan si yerra 1375 que no saben perdonar-, porque el gaucho en esta tierra sólo sirve pa votar.

   Para él son los calabozos,		

para él las duras prisiones- 1380 en su boca no hay razones aunque la razón le sobre, que son campanas de palo las razones de los pobres.

   Si uno aguanta, es gaucho bruto-	 1385	

si no aguanta es gaucho malo- ¡Dele azote dele palo! ¡porque es lo que él necesita!- De todo el que nació gaucho- ésta es la suerte maldita. 1390

   Vamos suerte- vamos juntos		

dende que juntos nacimos- y ya que juntos vivimos sin podernos dividir... yo abriré con mi cuchillo 1395 el camino pa seguir. -42-


IX

   Matreriando lo pasaba		

y a las casas no venía50- solía arrimarme de día- mas, lo mesmo que el carancho 1400 siempre estaba sobre el rancho espiando a la polecía.

   Viva el gaucho que ande mal		

como zorro perseguido- hasta que al menor descuido 1405 se lo atarazquen los perros pues nunca le falta un yerro al hombre más alvertido.

   Y en esa hora de la tarde		

en que tuito se adormese 1410 que el mundo dentrar parece a vivir en pura calma- con las tristezas de su alma al pajonal enderiese.

   Bala el tierno corderito	 1415	

al lao de la blanca oveja, y a la vaca que se aleja llama al51 ternero amarrao- pero el gaucho desgraciao no tiene a quién dar su queja. 1420

   Ansí es que al venir la noche		

iba a buscar mi guarida- pues ande el tigre se anida también el hombre lo pasa- y no quería que en las casas 1425 me rodiara la partida.

   Pues aun cuando vengan ellos		

cumpliendo con sus deberes, yo tengo otros pareceres y en esa conduta vivo- 1430 que no debe un gaucho altivo peliar entre las mujeres. -43-

   Y al campo me iba solito,		

más matrero que el venao- como perro abandonao 1435 a buscar una tapera, o en alguna viscachera pasar la noche tirao.

   Sin punto ni rumbo fijo		

en aquella inmensidá 1440 entre tanta escuridá anda el gaucho como duende, allí jamás lo sorpriende dormido, la autoridá.

   Su esperanza es el coraje	 1445	

su guardia es la precaución su pingo es la salvasión, y pasa uno en su desvelo, sin más amparo que el cielo ni otro amigo que el facón. 1450

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1455 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

   Ansí me hallaba una noche		

contemplando las estrellas que le parecen más bellas cuanto uno es más desgraciao, 1460 y que Dios las haiga criao para consolarse en ellas.

   Les tiene el hombre cariño		

y siempre con alegría ve salir las tres marías 1465 que52 si llueve, cuanto escampa, las estrellas son la guía que el gaucho tiene en la pampa.

   Aquí no valen Dotores,		

sólo vale la esperencia, 1470 aquí verían su inocencia esos que todo lo saben-, porque esto tiene otra llave y el gaucho tiene su cencia. -44-

   Es triste en medio del campo	 1475	

pasarse noches enteras contemplando en sus carreras las estrellas que Dios cría-, sin tener más compañía que su soledá53 y las fieras. 1480

   Me encontraba como digo,		

en aquella soledá entre tanta escuridá echando al viento mis quejas, cuando el grito54 del chajá 1485 me hizo parar las orejas.

   Como lumbriz me pegué		

al suelo para escuchar, pronto sentí retumbar las pisadas de los fletes, 1490 y que eran muchos jinetes conocí sin vasilar.

   Cuando el hombre está en peligro		

no debe tener confianza ansí tendido de panza 1495 puse toda mi atención, y ya escuché sin tardanza como el ruido de un latón.

   Se venían tan calladitos		

que yo me puse en cuidao, 1500 tal vez me habieran bombiao y me venían a buscar, mas no quise disparar que eso es de gaucho morao.

   Al punto me santigüé	 1505	

y eché de giñebra un taco, lo mesmito que el mataco me arroyé con el porrón «si han de darme pa tabaco dije, «ésta es güena ocasión». 1510

   Me refalé las espuelas		

para no peliar con grillos, me arremangué el calzoncillo, y me ajusté bien la faja, y en una mata de paja, 1515 probé el filo del cuchillo. -45-

   Para tenerlo a la mano		

el flete en el pasto até la cincha le acomodé, y en un trance como aquél 1520 haciendo espaldas en él quietito los aguardé.

   Cuanto cerca los sentí		

y que hay nomás se pararon los pelos se me erizaron; 1525 y aunque nada vían mis ojos, «no se han de morir de antojo» les dije cuanto llegaron.

   Yo quise hacerles saber		

que allí se hallaba un varón, 1530 les conocí la intención y solamente por eso es55 que les gané el tirón, sin aguardar voz de preso.

   -«Vos sos un gaucho matrero»	 1535	

dijo uno haciéndose el güeno56, «vos matastes un moreno »y otro en una pulpería, »y aquí está la polecía »que viene a justar tus cuentas, 1540 »te va a alzar por las cuarenta »si te resistís hoy día».

   «No me vengan contesté,		

»con relación de dijuntos; »esos son otros asuntos; 1545 »vean si me pueden llevar, »que yo no me he de entregar, »aunque vengan todos juntos».

   Pero no aguardaron más,		

y se apiaron en montón- 1550 como a perro cimarrón me rodiaron entre tantos yo me encomendé a los Santos y eché57 mano a mi facón. -46-

   Y ya vide el fogonazo	 1555	

de un tiro de garabina, mas quiso la suerte indina de aquel maula, que me errase, y ay no más lo levantase lo mesmo que una sardina. 1560

   A otro que estaba apurao		

acomodando una bola, le hice una dentrada sola y le hice sentir el fierro, y ya salió como el perro 1565 cuando le pisan la cola.

   Era tanta la aflición		

y la angurria que tenían, que tuitos se me venían donde yo los esperaba, 1570 uno al otro se estorbaba y con las ganas no vían.

   Dos de ellos que traiban sables,		

más garifos y resueltos en las hilachas envueltos 1575 en frente se me pararon, y a un tiempo me atropellaron lo mesmo que perros sueltos.

   Me fui reculando en falso		

y el poncho adelante eché 1580 y en cuanto le puso el pie uno medio chapetón de pronto le di el tirón y de espaldas lo largué.

   Al verse sin compañero	 1585	

el otro se sofrenó, entonces le dentré yo, sin dejarlo resollar pero ya empesó a aflojar y a la pun... ta disparó. 1590

   Uno que en una58 tacuara		

había atao una tijera se vino como si fuera palenque de atar terneros pero en dos tiros certeros 1595 salió aullando campo ajuera. -47-

   Por suerte en aquel momento		

venía coloriando el alba y yo dije «si me salva »la virgen en este apuro, 1600 »en adelante le juro »ser más güeno que una malva».

   Pegué un brinco y entre todos		

sin miedo me entreveré echo ovillo me quedé 1605 y ya me cargó una yunta, y por el suelo la punta de mi facón les jugué.

   El más engolosinao		

se me apió con un hachazo, 1610 se lo quité con el brazo, de no, me mata los piojos; y antes de que diera un paso le eché tierra en los dos ojos.

   Y mientras se sacudía	 1615	

refregándose la vista, yo me lo fui como lista y hay no más me le afirmé diciendole: «Dios te asista» y de un revez lo voltié. 1620

   Pero en ese punto mesmo		

sentí que por las costillas un59 sable me hacia cosquillas y la sangre se me heló dende ese momento60 yo 1625 me salí de mis casillas.

   Di para atrás unos pasos		

hasta que pude hacer pie, por delante me lo eché de punta y tajos a un criollo, 1630 metió la pata en un hoyo, y yo al hoyo lo mandé.

   Tal vez en el corazón		

lo tocó un Santo Bendito a un gaucho que pegó el grito, 1635 y dijo: -«Cruz no consiente »que se cometa el delito »de matar ansí un valiente». -48-

   Y ay no más se me aparió		

dentrándole a la partida, 1640 yo les hice otra envestida pues entre dos era robo; y el Cruz era como lobo que defiende su guarida.

   Uno despachó al infierno	 1645	

de dos que lo atropellaron. Los demás remoliniarion, pues íbamos a la fija, y a poco andar dispararon lo mesmo que sabandija. 1650

   Ay quedaban largo a largo		

los que estiraron la geta, otro iba como maleta, y Cruz de atrás les decía: «que venga otra polecía 1655 »a llevarlos en carreta».

   Yo junté las osamentas		

me hinqué y les rezé un bendito, hice una cruz de un palito y pedí a mi Dios clemente, 1660 me perdonara el delito de haber muerto tanta gente.

   Dejamos amontonaos		

a los pobres que murieron, no sé si los recogieron 1665 porque nos fimos a un rancho, o si tal vez los caranchos ay no más se los comieron.

   Lo agarramos mano a mano		

entre los dos al porrón, 1670 en semejante ocación un trago a cualquiera encanta, y Cruz no era remolón ni pijotiaba garganta.

   Calentamos los gargueros	 1675	

y nos largamos muy tiesos siguiendo siempre los besos al pichel, y por más señas, íbamos como sigüeñas estirando los pescuesos. 1680 -49-

   «Yo me voy, le dije, amigo,		

»donde la suerte me lleve, »y si es que alguno se atreve »a ponerse en mi camino, »yo seguiré mi destino 1685 »que el hombre hace lo que debe».

   «Soy un gaucho desgraciado		

»no tengo donde ampararme »ni un palo donde rascarme, »ni un árbol que me cubige, 1690 »pero ni aun esto me aflige, »porque yo sé manejarme».

   «Antes de cair al servicio		

»tenía familia y hacienda »cuando volví, ni la prenda 1695 »me la habían dejado, ya-, »Dios sabe en lo que vendrá »a parar esta contienda».


X

Cruz


   Amigazo, pa sufrir		

han nacido los varones- 1700 éstas son las ocasiones de mostrarse un hombre juerte, hasta que venga la muerte y lo agarre a coscorrones.

   El andar tan despilchao	 1705	

ningún mérito me quita, sin ser una alma bendita me duelo del mal ajeno: soy un pastel con relleno que parece torta frita. 1710

   Tampoco me faltan males		

y desgracias, le prevengo, también mis desdichas tengo, aunque esto poco me aflige- yo sé hacerme el chancho rengo 1715 cuando la cosa lo esige. -50-

   Y con algunos ardiles		

voy viviendo, aunque rotoso, a veces me hago el sarnoso y no tengo ni un granito, 1720 pero al chifle voy ganoso como panzón al maíz frito.

   A mí no me matan penas		

mientras tenga el cuero sano61, venga el sol en el verano 1725 y la escarcha en el invierno- si este mundo es un infierno ¿por qué afligirse el Cristiano?

   Hagámosle cara fiera		

a los males, compañero, 1730 porque el zorro más matrero suele cair como un chorlito; viene por un corderito y en la estaca deja el cuero.

   Hoy tenemos que sufrir	 1735	

males que no tienen nombre pero esto a naide lo asombre porque ansina es el pastel; y tiene que dar el hombre más vueltas que un carretel. 1740

   Yo nunca me he de entregar		

a los brazos de la muerte- arrastro mi triste suerte paso a paso y como pueda- que donde el débil se queda, 1745 se suele escapar el juerte.

   Y ricuerde cada cual		

lo que cada cual sufrió, que lo que es, amigo, yo, hago ansí la cuenta mía: 1750 ya lo pasado pasó mañana será otro día.

   Yo también tuve una pilcha		

que me enllenó el corazón- y si en aquella ocasión 1755 alguien me hubiera buscao- siguro que me había hallao más prendido que un botón. -51-

   En la güella del querer		

no hay animal que se pierda- 1760 las mujeres no son lerdas- y todo gaucho es dotor si pa cantarle al amor62 tiene que templar las cuerdas.

   ¡Quién es de una alma tan dura	 1765	

que no quiera a una mujer! Lo alivia en su padecer: si no sale calavera es la mejor compañera que el hombre puede tener. 1770

   Si es güena, no lo abandona		

cuando lo ve desgraciao, lo asiste con su cuidao y con afán cariñoso y usté tal vez ni un rebozo 1775 ni una pollera le ha dao.

   Grandemente lo pasaba		

con aquella prenda mía- viviendo con alegría como la mosca en la miel- 1780 ¡Amigo qué tiempo aquel! ¡La pucha- que la quería!

   Era la águila que a un árbol		

dende las nubes bajó, era más linda que el alba 1785 cuando va rayando el sol- era la flor deliciosa que entre el trebolar creció.

   Pero, amigo, el Comendante		

que mandaba la milicia, 1790 como que no desperdicia se fue refalando a casa-, yo le conocí en la traza que el hombre traiba malicia.

   Él me daba voz de amigo	 1795	

pero no le tenia fe- era el Jefe y ya se ve no podía competir yo- en mi rancho se pegó lo mesmo que saguaipé. 1800 -52-

   A poco andar conocí-		

que ya me había desbancao, y él siempre muy entonao aunque sin darme ni un cobre me tenía de lao a lao 1805 como encomienda de pobre.

   A cada rato, de chasque		

me hacía dir63 a gran distancia, ya me mandaba a una estancia, ya al pueblo, ya a la frontera- 1810 pero él en la Comendancia no ponía los pies siquiera.

   Es triste a no poder más		

el hombre en su padecer, si no tiene una mujer 1815 que lo ampare y lo consuele: mas pa que otro se la pele lo mejor es no tener-.

   No me gusta que otro gallo		

le cacaree a mi gallina- 1820 yo andaba ya con la espina, hasta que en una ocasión lo solprendí en el jogón64 abrazándome a la china.

   Tenía el viejito una cara	 1825	

de ternero mal lamido, y al verlo tan atrevido le dije -que le aproveche «que había sido pa el amor «como guacho pala la leche». 1830

   Peló la espada- y se vino		

como a quererme ensartar, pero yo sin tutubiar le volví al punto a decir: «cuidao no te vas a pér... tigo 1835 «poné cuarta pa salir».

   Un puntaso me largó		

pero el cuerpo le saqué, y en cuanto se lo quité para no matar un viejo, 1840 con cuidao, medio de lejo, un planaso le asenté. -53-

   Y como nunca al que manda		

le falta algún adulón- uno que en esa ocasión 1845 se encontraba allí presente, vino apretando los dientes como perrito mamón.

   Me hizo un tiro de revuélver		

que el hombre creyó siguro, 1850 era confiao y le juro que cerquita se arrimaba- pero siempre en un apuro se desentumen mis tabas.

   Él me siguió menudiando	 1855	

mas sin poderme acertar, y yo, dele culebriar, hasta que al fin le dentré y ay no más lo despaché sin dejarlo resollar. 1860

   Dentré a campiar en seguida		

al viejito enamorao, el pobre se había ganao en un noque de lejía- ¡Quién sabe cómo estaría 1865 del susto que había llevao!

   ¡Es sonso el cristiano macho		

cuando el amor lo domina!- él la miraba a la indina y una cosa tan jedionda, 1870 sentí yo, que ni en la fonda he visto tal jedentina.

   Y le dije: «pa su agüela		

»han de ser esas perdices». Yo me tapé las narices 1875 y me salí estornudando y el viejo quedó olfatiando como chico con lumbrices.

   Cuando la mula recula		

señal que quiere cosiar- 1880 ansí se suele portar aunque ella lo disimula, recula como la mula la mujer para olvidar. -54-

   Alcé mi poncho y mis prendas	 1885	

y me largué a padecer por culpa de una mujer que quiso engañar a dos- al rancho le dije adiós para nunca más volver. 1890

   Las mujeres, dende entonces,		

conocí a todas en una- ya no he de probar fortuna con carta tan conocida: mujer, y perra parida, 1895 no se me acerca65 ninguna.


XI

   A otros les brotan las coplas		

como agua de manantial: pues a mí me pasa igual aunque las mías nada valen, 1900 de la boca se me salen como ovejas del corral.

   Que en puertiando la primera		

ya la siguen las demás, y en montones las de atrás 1905 contra los palos se estrellan, y saltan y se atropellan sin que se corten jamás.

   Y aunque yo por mi inorancia		

con gran trabajo me esplico, 1910 cuando llego a abrir el pico ténganlo66 por cosa cierta, sale un verso y en la puerta ya asoma el otro el hocico.

   Y emprésteme su atención	 1915	

me oirá relatar las penas de que traigo la alma llena- porque en toda circunstancia, paga el gaucho su inorancia con la sangre de las67 venas. 1920 -55-

   Después de aquella desgracia		

me guarecí68 en los pajales, anduve entre los cardales como bicho sin guarida- pero, amigo, es esa vida 1925 como vida de animales.

   Y son tantas las miserias		

en que me he sabido ver que con tanto padecer y sufrir tanta aflición 1930 malicio que he de tener un callo en el corazón.

   Ansí andaba como guacho		

cuando pasa el temporal- supe una vez pa mi mal 1935 de una milonga que había, y ya pa la pulpería enderezé mi bagual.

   Era la casa del baile		

un rancho de mala muerte, 1940 y se enllenó de tal suerte que andábamos a empujones-: nunca faltan encontrones cuando el pobre se divierte.

   Yo tenía unas medias botas,	 1945	

con tamaños verdugones- me pusieron los talones con crestas como los gallos, si viera mis afliciones pensando yo que eran callos. 1950

   Con gato y con fandanguillo		

había empezao el changango y para ver el fandango me colé haciéndome bola- mas, metió el diablo la cola 1955 y todo se volvió pango.

   Había sido el guitarrero		

un gaucho duro de boca- yo tengo pacencia poca pa aguantar cuando no debo-, 1960 a ninguno me le atrevo- pero me halla el que me toca. -56-

   A bailar un pericón		

con una moza salí, y cuanto me vido allí 1965 sin duda me conoció- y estas coplitas cantó como por reírse de mí:

      «Las mujeres son todas		
      »como las mulas-	 1970	
      »yo no digo que todas		
      »pero hay algunas		
      »que a las aves que vuelan		
      »les sacan plumas».		
      «Hay gauchos que presumen	 1975	
      »de tener damas-		
      »no digo que presumen		
      »pero se alaban		
      »y a lo mejor los dejan		
      »tocando tablas».	 1980	
   Se secretiaron las hembras-		

y yo ya me encocoré- volié la anca y le grité «dejá de cantar... chicharra». Y de un tajo a la guitarra 1985 tuitas las cuerdas corté.

   Al grito69 salió de adentro		

un gringo con un jusil- pero nunca he sido vil, poco el peligro me espanta- 1990 ya70 me refalé la manta y la eché sobre el candil.

   Gané en seguida la puerta		

gritando: -«naides me ataje» y alborotao el hembraje 1995 lo que todo quedó escuro, empezó a verse en apuro mesturao con el gauchaje.

   El primero que salió		

fue el cantor y se me vino- 2000 pero yo no pierdo el tino aunque haiga tomao un trago- y hay algunos por mi pago que me tienen por ladino-. -57-

   No ha de haber achocao otro-	 2005	

le salió cara la broma- a su amigo cuando toma se le despeja el sentido, y el pobrecito había sido como carne de paloma. 2010

   Para prestar sus socorros71		

las mujeres no son lerdas- antes que la sangre pierda lo arrimaron a unas pipas- ay lo dejé con las tripas 2015 como pa que hiciera cuerdas.

   Monté y me largué a los campos		

más libre que el pensamiento, como las nubes al viento a vivir sin paradero, 2020 que no tiene el que es matrero nido, ni rancho, ni asiento.

   No hay fuerza contra el destino,		

que le ha señalao el cielo- y aunque no tenga consuelo 2025 aguante el que está en trabajo- ¡Naides se rasca pa abajo! ¡Ni se lonjea contra el pelo!

   Con el gaucho desgraciao		

no hay uno que no se entone- 2030 ¡la mesma72 falta lo espone a andar con las avestruces! Faltan otros con más luces y siempre hay quien los perdone.


XII

   Yo no sé qué tantos meses	 2035	

esta vida me duró, a veces nos obligó la miseria a comer potro- me había acompañao con otros tan desgraciaos como yo-. 2040 -58-

   Mas ¿para qué platicar		

sobre esos males, -canejo? Nace el gaucho y se hace viejo, sin que mejore su suerte, hasta que por ay la muerte 2045 sale a cobrarle el pellejo.

   Pero como no hay desgracia		

que no acabe alguna vez, me aconteció que después de sufrir tanto rigor, 2050 un amigo, por favor, me compuso con el juez.

   Le alvertiré que en mi pago		

ya no va quedando un criollo, se los ha tragao el hoyo, 2055 o juido o muerto en la guerra porque, amigo, en esta tierra nunca se acaba el embrollo-.

   Colijo que jue para73 eso		

que me llamó el juez un día, 2060 y me dijo que quería hacerme a su lao venir, pa74 que dentrase a servir de soldao de Polecía-.

   Y me largó una ploclama	 2065	

tratándome de valiente, que yo era un hombre decente, y que dende aquel momento me nombraba de sargento pa que mandara la gente. 2070

   Ansí estuve en la partida		

pero, ¡qué había de mandar! Anoche al irlo a tomar vide güena coyontura- y a mí no me gusta andar 2075 con la lata a la cintura.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2080 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -59-

   Ya conoce, pues, quien soy,		

tenga confianza conmigo, Cruz le dio mano de amigo 2085 y no lo ha de abandonar- juntos podemos75 buscar pa los dos un mesmo abrigo.

   Andaremos de matreros		

si es preciso pa salvar- 2090 nunca nos76 ha de faltar ni un buen pingo para juir, ni un pajal ande dormir, ni un matambre que ensartar.

   Y cuando sin trapo alguno	 2095	

nos haiga el tiempo dejao- yo lo pediré emprestao el cuero a cualquiera lobo y hago un poncho, si lo sobo, mejor que poncho engomao. 2100

   Para mí la cola es pecho		

y el espinaso es cadera77- hago mi nido ande quiera y de lo que encuentre como- me echo tierra sobre el lomo 2105 y me apeo en cualquier tranquera.

   Y deje78 rodar la bola79		

que algún día se ha de parar- tiene el gaucho que aguantar hasta que lo trague al hoyo- 2110 o hasta que venga algún criollo en esta tierra a mandar.

   Lo miran al pobre gaucho		

como carne de cogote: lo tratan al estricote- 2115 y ansí las cosas andan, porque quieren los que mandan aguantemos los azotes.

   Pucha- si usté los oyera		

como yo en una ocasión 2120 tuita la conversación que con otro tuvo el juez- le asiguro que esa vez se me achicó el corazón. -60-

   Hablaban de hacerse ricos	 2125	

con campos en la frontera- de sacarla más ajuera donde había campos baldidos- y llevar de los partidos gentes que la defendiera. 2130

   Todo se güelven proyectos		

de colonias y carriles- y tirar la plata a miles en los gringos enganchaos, mientras al pobre soldao 2135 le pelan la chaucha -¡ah! ¡viles!-

   Pero si siguen las cosas		

como van hasta el presente puede ser que de repente veamos el campo disierto, 2140 y blanquiando solamente los güesos de los que han muerto.

   Hace mucho que sufrimos		

la suerte reculativa- trabaja el gaucho y no arriba, 2145 pues80 a lo mejor del caso, lo levantan de un sogaso sin dejarle ni saliva.

   De los males que sufrimos		

hablan mucho los puebleros, 2150 pero hacen como los teros para esconder sus niditos: en un lao pegan los gritos y en otro tienen los güevos.

   Y se hacen los que no aciertan	 2155	

a dar con la coyontura- mientras el gaucho lo apura con rigor la autoridá, ellos a la enfermedá, le están errando la cura. 2160 -61-


XIII

Martín Fierro


   Ya veo que somos los dos		

astilla del mesmo palo- yo paso por gaucho malo y usté anda mesmo modo, y yo pa acabarlo todo 2165 a los Yndios me refalo.

   Pido perdón a mi Dios		

que tantos bienes me hizo- pero dende que es preciso que viva entre los infieles- 2170 yo seré cruel con los crueles- ansí mi suerte lo quiso.

   Dios formó lindas las flores,		

delicadas como son- les dio toda perfeción 2175 y cuanto él era capaz- pero al hombre le dio más cuando le dio el corazón.

   Le dio claridá a la luz		

juerza en su carrera al viento, 2180 le dio vida y movimiento dende la águila al gusano- pero más le dio al cristiano al darle el entendimiento.

   Y aunque a las aves les dio	 2185	

con otras cosas que inoro, esos piquitos como oro y un plumaje como tabla- le dio al hombre más tesoro al darle una lengua que habla. 2190

   Y dende que dio a las fieras		

esa juria tan inmensa, que no hay poder que las vensa ni nada que las asombre- ¿qué menos le daría al hombre 2195 que el valor pa su defensa? -62-

   Pero tantos bienes juntos		

al darle, malicio yo que en sus adentros pensó que el hombre los precisaba, 2200 que los bienes igualaban81 con las penas que le dio.

   Y yo empujao por las mías		

quiero salir de este infierno-: ya no soy pichón muy tierno 2205 y sé manejar la lanza- y hasta los indios no alcanza la facultá del Gobierno.

   Yo sé que allá los caciques		

amparan a los cristianos, 2210 y que los tratan de «Hermanos» cuando se van por su gusto- A qué andar pasando sustos... alcemos el poncho y vamos.

   En la cruzada hay peligros	 2215	

pero ni aun esto me aterra- yo ruedo sobre la tierra arrastrao por mi destino- y si erramos el camino... no es el primero que lo erra. 2220

   Si hemos de salvar o no-		

de esto naides nos responde, derecho ande el sol se esconde tierra adentro hay que tirar, algún día hemos de llegar 2225 después sabremos a dónde.

   No hemos de perder el rumbo		

los dos somos güena yunta- el que es gaucho va ande apunta, aunque inore ande se encuentra; 2230 pa el lao en que el sol se dentra dueblan los pastos la punta.

   De hambre no pereceremos82		

pues según otros me han dicho en los campos se hallan bichos 2235 de lo que uno necesita... gamas, matacos, mulitas, avestruces y quirquinchos. -63-

   Cuando se anda en el disierto		

se come uno hasta las colas- 2240 lo han cruzao mujeres solas llegando al fin con salú- y ha de ser gaucho el gandú que se escape de mis bolas83.

   Tampoco a la sé le temo,	 2245	

yo la aguanto muy contento, busco agua olfatiando al viento y dende que no soy manco. Ande hay duraznillo blanco cabo, y la saco al momento. 2250

   Allá habrá siguridá		

ya que aquí no la tenemos, menos males pasaremos y ha de haber grande alegría, el día que nos delcolguemos 2255 en alguna toldería.

   Fabricaremos un toldo		

como lo hacen tantos otros, con unos cueros de potro que sea sala y sea cocina, 2260 ¡tal vez no falte una china que se apiade de nosotros!

   Allá no hay que trabajar,		

vive uno como un señor- de cuando en cuando un malón 2265 y si de él sale con vida, lo pasa echao panza arriba mirando dar güelta el sol.

   Y ya que a juerza de golpes		

la suerte nos dejó a flus 2270 puede que allá veamos luz y se acaben nuestras penas; todas las tierras son güenas vámosnos amigo Cruz.

   El que maneja las bolas,	 2275	

y que sabe echar un pial, o sentarse en un bagual84 sin miedo de que lo baje, entre los mesmos salvajes no puede pasarlo mal. 2280 -64-

   El amor como la guerra		

lo hace el criollo con canciones a más de eso en los malones podemos aviarnos de algo, en fin amigo, yo salgo, 2285 de estas pelegrinaciones.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2290 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

   En este punto, el cantor		

buscó un porrón pa consuelo, echó un trago como un cielo, 2295 dando fin a su argumento y de un golpe al instrumento lo hizo astillas contra el suelo.

   -«Ruempo, dijo, la guitarra,		

pa no volverla a templar85, 2300 ninguno la ha de tocar por siguro tenganló; pues naides ha de cantar cuando este gaucho cantó.

   Y daré fin a mis coplas	 2305	

con aire de relación, nunca falta un preguntón más curioso que mujer, y tal vez quiera saber cómo fue la conclusión. 2310

   Cruz y Fierro de una estancia		

una tropilla se arriaron- por delante se la echaron como criollos entendidos, y pronto, sin ser sentidos 2315 por la frontera cruzaron.

   Y cuando la habían pasao,		

una madrugada clara le dijo Cruz que mirara las últimas poblaciones; 2320 y a Fierro dos lagrimones le rodaron por la cara. -65-

   Y siguiendo el fiel del rumbo,		

se entraron en el desierto, no sé si los habrán muerto 2325 en alguna correría pero espero que algún día saber86 de ellos algo cierto.

   Y ya con estas noticias		

mi relación acabé, 2330 por ser ciertas las conté, todas las desgracias dichas: es un telar de desdichas cada gaucho que usté ve.

   Pero ponga su esperanza	 2335	

en el Dios que lo formó y aquí87 me despido yo que sufren ansí a mi modo88, males que conocen todos pero que naides contó89. 2340





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